¿Cómo se deja atrás un personaje tan poderoso que te consume el alma? Andrés Parra lo sabe mejor que nadie. Interpretó a Pablo Escobar en El Patrón del Mal, una de las series más vistas en la historia de Netflix Latinoamérica. Su actuación fue tan impactante que muchos no podían separar al personaje del actor. Pero lo que pocos saben es que, cuando terminó la última escena, Parra no solo dejó el set… también dejó atrás una parte de sí mismo.
Andrés Parra: El actor que renunció a millones por dejar atrás a Pablo Escobar
Un rodaje agotador que lo cambió todo
"Grabar El Patrón del Mal fue una locura. Rodábamos 12, 16 horas al día. Yo estaba en todas las escenas, matando gente, gritando, llorando. Me consumió por completo."
Así lo confesó el propio Parra. Detrás del éxito internacional, del reconocimiento, de los millones de reproducciones, había un actor agotado física y mentalmente. No era solo actuar. Era meterse en la piel de uno de los personajes más oscuros de la historia reciente de Colombia.
Cuando terminó el último día de grabación, Parra se quitó el icónico bigote del personaje, lo tiró al piso y se fue. ¿El destino? Nada menos que Disney. “Ese fue mi detox. Necesitaba desconectarme de Escobar con Mickey Mouse”, contó.
El precio de decir "no"
Tras su brillante interpretación, llegaron las ofertas. Y no fueron pocas. Millones de dólares por seguir siendo “Escobar” en series, eventos privados, giras en Sinaloa, fiestas temáticas e incluso bodas en Arabia Saudita. Le ofrecieron efectivo, contratos exclusivos, fama eterna. ¿Y qué hizo Parra?
Dijo NO.
"Me convertí en el actor de Escobar. Me ofrecieron millones para seguir siendo Escobar el resto de mi vida… pero renuncié. No podía quedarme encasillado."
Y así fue como dejó de ser propiedad del personaje para volver a ser Andrés Parra, el actor.
¿Por qué rechazó todo?
La respuesta la dio su esposa: "Esa plata nunca ha estado, así que no la has perdido." Y tenía razón. Parra entendió que la verdadera pérdida no era económica, sino personal. Quedarse para siempre como "el narco de Netflix" habría significado renunciar a cualquier otra faceta de su carrera.
Pudo haber sido el "Chavo del 8 colombiano", como él mismo bromeó. Pero eligió ser libre.
Una decisión valiente en una industria que encasilla
Muchos actores han quedado atrapados en un papel. Basta ver casos como el de Daniel Radcliffe (Harry Potter) o Mark Hamill (Luke Skywalker), quienes pasaron años tratando de demostrar que eran más que un solo personaje.
Lo que hizo Parra fue cortar de raíz ese ciclo. Renunció a contratos con Caracol Televisión, rechazó exclusividades y comenzó a buscar nuevos proyectos que lo retaran como artista. Eligió reconstruirse.
¿Dónde está ahora Andrés Parra?
Lejos de Escobar. Parra ha trabajado en papeles muy distintos, como el del presidente Hugo Chávez en El Comandante, y ha demostrado una versatilidad que pocos esperaban. También ha producido, escrito y dirigido.
Su carrera tomó un rumbo más libre, más artístico, menos atado a los estereotipos. Y aunque quizás perdió grandes sumas de dinero, ganó algo mucho más valioso: su identidad como actor.
Reflexión final: cuando el éxito es una jaula de oro
La historia de Andrés Parra es una lección para cualquier persona que esté atrapada en un personaje, una rutina o una etiqueta. A veces, el éxito más visible no es el más sano. A veces, decir no es el verdadero acto de coraje.
“No quería ser Escobar toda mi vida. Quería ser actor.”
Y lo logró.
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